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CAPACIDADES Y TALENTO

CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN BÁSICA

CAPACIDADES DIGITALES

CAPACIDADES DIGITALES

Además de contar con las infraestructuras técnicas necesarias, el desarrollo de la economía digital requiere que la población esté formada en las nuevas tecnologías.

La alfabetización digital mejora el acceso al empleo, la participación ciudadana y el consumo de bienes y servicios. Por eso se ha analizado la posición de España en formación de los ciudadanos en nuevas tecnologías, tanto en el sistema educativo ‘formal’ como en otros aprendizajes ‘informales’.

BASIC DIGITAL SKILLS

Las competencias digitales de la ciudadanía son claves para la construcción de una economía digital. La Comisión Europea reconoce su importancia y dedica la segunda de las dimensiones del índice DESI a medir las capacidades de cada país de aprovechar el potencial que el mundo digital ofrece, en un ranking liderado por Finlandia, Suecia, Luxemburgo y Estonia, y en el que los países mediterráneos y del este ocupan las últimas posiciones. El tiempo solo ha conseguido ampliar la diferencia entre países líderes y países rezagados.

Profundizando en indicadores concretos, los niveles de competencias digitales básicas y avanzadas de los españoles son inferiores a la media de la UE, y los especialistas TIC tienen un menor peso en el mercado laboral, una combinación que puede limitar el crecimiento económico y la capacidad de innovación de las empresas.

Atendiendo a la formación básica, apenas un 54,8% de los adultos españoles (de 16 a 74 años) dispone de las competencias digitales básicas, por debajo de la media de la UE (57,2%) y lejos de Reino Unido y los países nórdicos europeos, que superan el 70%, ascendiendo hasta el 85% en el caso de Luxemburgo.

END 2019: 15 / 25

END 2018: 18 / 30

DIGITAL SKILLS AMONG ACTIVE POPULATION

El Foro Económico Mundial, como parte de su estudio anual de competitividad, analiza las capacidades digitales de la población activa en los diferentes países, a través de una encuesta centrada en capacidades como manejo de ordenadores, programación básica y lectura digital.

En su última edición (2019), España ofrece unos resultados preocupantes (puesto 61 de 141 a nivel global, 31 de 39 dentro de la muestra), muy alejada de las puntuaciones de las pequeñas economías más digitalizadas, pero también de Alemania o Reino Unido dentro de los grandes países europeos.

END 2019: 31 / 39

END 2018: n.d. (nuevo indicador)

PISA: MATEMÁTICAS

El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes, más conocido como Informe PISA, evalúa desde comienzos de siglo, cada tres años, las competencias de los alumnos de más de 70 países en Lectura, Matemáticas y Ciencias, habiéndose convertido en el informe de referencia mundial en la materia.

En un año controvertido (2018), marcado por el estancamiento y la decepción occidental, y por las anomalías en una parte de la prueba de lectura, los resultados medios de España se mantienen estables en el nivel de competencia 3 con una puntuación media levemente por debajo de la media de la OCDE, en la posición 30, al nivel de países como Lituania, Hungría, Estados Unidos, Luxemburgo o Rusia.

En la prueba de Matemáticas en particular, que mide la capacidad de los alumnos de formular, emplear e interpretar las matemáticas en una amplia variedad de contextos, el desempeño de España se mantiene estable. Con 481,4 puntos, ocupa el puesto 28 de 39 dentro de la muestra de países analizados, por detrás de todas las grandes economías europeas y prácticamente un curso académico por detrás de economías asiáticas como Japón o Corea. En Europa, la clasificación la lideran Estonia, los Países Bajos y Polonia.

END 2019: 28 / 39

END 2018: 25 / 39

PISA: LECTURA

En un entorno crecientemente tecnológico, PISA define la competencia de Lectura como la capacidad de los alumnos de entender, usar, evaluar, reflexionar sobre e interactuar con textos para conseguir unos determinados objetivos, desarrollar conocimientos propios y participar en la sociedad.

Por anomalías en una de las pruebas, la OCDE no ofrece datos para España en competencias de Lectura en su oleada de 2018. Si España se hubiese mantenido en sus resultados de 2015 (495,6 puntos), ocuparía en esta edición el puesto 16 dentro de la muestra, por encima de la media de la OCDE, en una clasificación de nuevo liderada en Europa por Estonia, Finlandia e Irlanda, y con Canadá y Corea entre los países principales de la OCDE.

END 2019: 16 / 39* (simulación con los datos de España en PISA 2015)

END 2018: 21 / 39

PISA: CIENCIA

En lo que respecta a los resultados en Ciencias, prueba que mide la capacidad de los alumnos de interactuar con aspectos relacionados con las ciencias, y con las ideas de la ciencia, como un ciudadano reflexivo, España, con una puntuación de 483,25, presenta los peores resultados en el ámbito desde que se inició el test (el primer año en el que se evaluó este aspecto fue en la oleada de 2006), aunque con variaciones interanuales muy reducidas. Apenas 13 puntos separan la máxima puntuación obtenida por España (PISA 2012) y la mínima de este año.

Con esos resultados, España ocupa el puesto 25 de la muestra de países analizados, un curso académico por detrás de los que la lideran: Estonia, Japón, Finlandia o Corea.

END 2019: 25 / 39

END 2018: 24 / 39

PERSONAS REALIZANDO FORMACIÓN ONLINE

LA OCDE, dentro de su Digital Economy Outlook, analiza el porcentaje de la población adulta (16-74 años) que ha realizado algún curso online en los últimos tres meses.

Según sus datos, correspondientes a 2017/2018 (según el país), un 12,5% de los adultos españoles han realizado formación online en el último trimestre, ascendiendo desde el 4,4% que se registraba en 2007. Es uno de los mayores ascensos en Europa, lo que ha llevado al país a ocupar la posición 11 de la muestra. No obstante, el margen de mejora sigue siendo elevado, con porcentajes de participación superiores al 30% en países como Canadá o México.

END 2019: 11 / 34

END 2018: 6 / 30

POBLACIÓN CON EDUCACIÓN SUPERIOR

A medida que la globalización y el avance tecnológico continúan modificando las necesidades de los mercados laborales, la demanda de individuos con una base de conocimiento amplia y capacidades más especializadas sigue aumentando. La OCDE ofrece datos comparativos por edad de población con educación terciaria, entendiendo como tal aquella que ha completado los mayores niveles de educación. Esto incluye tanto programas teóricos que llevan a investigación avanzada o a profesiones de alto nivel (médicos, ingenieros, etc.), como programas vocacionales pensados para acceder al mercado laboral.

Según sus datos, los jóvenes españoles presentan porcentajes de formación superior en línea con la media de la OCDE (44,3% frente a 44,5%), ocupando la posición 19 dentro de la muestra de países analizados. Aunque supera a Alemania e Italia, y presenta porcentajes similares a los de Francia, estos son notablemente inferiores a los de Corea (69,6%), Canadá (61,7%) o Japón (60,7%), que lideran la clasificación.

Por otro lado, en España un 34% de los adultos entre 25 y 34 años tiene un nivel formativo inferior al ciclo superior de secundaria, frente a un 5% en Japón. Si se atiende a los adultos (55-64) en vez de a los jóvenes, la situación empeora. Únicamente un 25,1% de ese grupo de edad tiene estudios terciarios, frente a la media de 27,1% de la OCDE.

END 2019: 19 / 34

END 2018: n.d. (nuevo indicador)

IDIOMAS EXTRANJEROS

Aunque no directamente relacionado con el sector tecnológico,  resulta relevante también analizar las capacidades idiomáticas de cada país. Eurostat ofrece datos interesantes en este ámbito, desglosando el porcentaje de población que habla uno o más idiomas extranjeros tanto por edad como por nivel educativo y situación laboral.

En España, el porcentaje asciende apenas al 54,2% (posición 23 de 29 dentro de la muestra), por debajo de la media de la UE28 (64,6%). Esto supone prácticamente la mitad de los niveles que se alcanzan en los países nórdicos, en los que prácticamente la totalidad de la población habla dos idiomas o más. Ninguno de los grandes países europeos presenta tasas tan bajas como la de España, aunque Francia e Italia no están tan lejos.

END 2019: 23 / 29

END 2018: n.d. (nuevo indicador)

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